-Claro que la tendremos, -respondió-.
Se recosto poco a poco en sofa, llevando a Feliciano en el proceso. Le abrazo con cierta fuerza, haciéndole rozar sus regiones intimas y delicadas con las del pequeño.
- Hace calor... -susurro-
Pedro adentro sus manos en el pecho del joven, buscando en el proceso la localización de aquella zona suave y pequeña. Esa, donde se podía sentir un sin fin de emociones. Él sonrío al encontrarla, la delineo encima de la camisa. Se relamió los labios, antes de agacharse y succionar con fuerza los pezones del Italiano.
Se recosto poco a poco en sofa, llevando a Feliciano en el proceso. Le abrazo con cierta fuerza, haciéndole rozar sus regiones intimas y delicadas con las del pequeño.
- Hace calor... -susurro-
Pedro adentro sus manos en el pecho del joven, buscando en el proceso la localización de aquella zona suave y pequeña. Esa, donde se podía sentir un sin fin de emociones. Él sonrío al encontrarla, la delineo encima de la camisa. Se relamió los labios, antes de agacharse y succionar con fuerza los pezones del Italiano.