Hogar en Kyoto

Habían leído su mente. Pero no lo molestaba, al contrario, se sentía feliz.

-Gracias- dijo claramente. – Creo que Japón podría ser mi segundo hogar después de todo-

Tomo al cachorrito entre sus manos para acariciarlo – También gracias a ti – sonrió sinceramente, desde hace mucho que estaba acostumbrado a sonreír cínicamente. Pero con Kiku, todo eso cambiaba.

Un par de ladridos soltó el animal cuando fue levantado. Algo decía que el amigo de su dueño le simpatizaba a diferencia de otras personas a las que solía gruñirles o inclusive morderles.

Kiku observó con una sonrisa la escena, a veces a pesar de que fuese un breve momento de compañía, deseaba a que éstos no terminasen abruptamente para estar solo de nuevo.
Ésa era una de las debilidades notorias de japonés, el aislamiento total con los demás y todo por vivir en una isla alejado de la mayoría.

"A pesar de que lo tengo hace mucho, jamás me he atrevido a ponerle un nombre." Susurró respecto al cachorro. "Quizás Arthur-san tenga mejor imaginación que yo y pueda ponerle un nombre, estoy seguro que a él tambien le gustaría la idea."

-Tampoco soy bueno poniendo nombres – rió torpemente- quizás podría preguntarle a meter, el tiene mucha imaginación. –

-Aunque creo que este cachorrito debe tener claro que nombre le gustaría, quizás nosotros no hemos entendido aun – No era una respuesta tan ilógica, si se tomaba en cuenta que el británico podía ver hadas y unicornios.

Dejo con cuidado al cachorrito en el suelo. Para seguir observando el jardín.

"Tiene que ser así entonces." Mencionó cuando miraba al animalito que nuevamente era regresado al piso y se ponía a juguetear en el pasto del jardín, al japonés le causaba gracia verlo extrañamente tan activo.

"Si ya no está cansado, puedo llevarle a dar una vuelta si quiere Arthur-san."

-Me parece bien- dice bastante ilusionado al pensar que puede ver más del jardin o encontrarse con algunos espiritus japonenes.

Cuando fue por primera vez a la casa de Kiku, hizo varios amigos.

"Entonces sígame, después podremos volver a una hora prudente para invitarle a comer algo." Comentó mientras se paraba del suelo y bajaba en busca de sus sandalías. "O quizás dejar que se relaje en un baño del onsen. Ya es decisión de usted que es mi invitado."

Se colocó el calzado y dió un par de pasos hacía adelante, el cachorro sin nombre sería un buen guardián de su casa (?), así que por ello no tenía que preocuparse.

[Uyuyuy Honey xD ahí ve tú si pones un post más o creo el nuevo tema enseguida kufufu~]

- Un baño del onsen, suena bien. La otra vez que vine a visitarte, me relajo bastante - admitio.


[post aporte, ya puedes crear el otro tema : D ]