Pedro López Miér Ago 05, 2009 1:33 pm
[._. No se por que mierda escribí lo que escribí —se corta con una goma de borrar. —Tal vez es el estrés que me provoca una traducción. ¡JODANSE! n_n]
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Les volvió a mirar curioso, aun los nervios de encontrarse con dos sujetos completamente extraños, trago un poco de saliva antes de tomar la taza de té y tomarla de un solo trago. Pedro sintió que se ahogaba. ¿¡Qué demonios era esa cosa!? , pensó. Tocio un poco, y con cierta curiosidad, y evidente inocencia de no saber por que decía aquello el joven ingles, dijo con acento curioso.
— ¿Qué la comida que prepara Arthur sabe mal?
Le miro directamente a los ojos, esperando que le joven de arisco semblante le respondiera. Ladeo la cabeza, y cerro los ojos. Ahora que recordaba, la única comida extranjera que había comida era la de Alfred, y en pocas y extrañas ocasiones la de Kiku, pero, regularmente siempre comía lo que el joven americano deseaba, él siempre le cumplía todos los caprichos que el chico pedía. Sin saber dejo escapar un sonoro suspiro, a veces pensaba que era tan idiota como el chico con complejo de héroe.
—Realmente, nunca he probado otra comida que no sea la de Alfred. Y… no creo que haya otra comida más “apetitosa” que la de él —explicó directamente al joven ingles con cierta cara de horror por el termino apetitoso que había usado. ¡Alfred siempre quemaba la carne o la hacia demasiado salada! ¿Quién demonios le había enseñado a cocinar?, preguntaba siempre al amigo Tony en secreto. ¿Comida más mala que la de Alfred no podría existe, o si? Se viro hacia Francis, y le sonrió. —¡Francis, te creció la barba! —señalo con acento sorpresivo antes de reír como niño pequeño ante aquel descubrimiento. -¡Cocina para mí, Arthur! -exclamo más alegre de lo normal.