Cita Triple en Us~

Había tomado seriamente la palabra del japonés y el mexicano y había reunido un montón de recientes estrenos del cine de terror Americano. De solo ver las carátulas ya lo había invadido un profundo miedo. Pero de todos modos estaba ansioso por verlas. Su adicción por ellas caía casi en un extraño masoquismo. También habia comprado grandes cantidades de popcorn, hamburguesas, coca cola y algunas cervezas. Su Jefe le había dicho que había que ser cuidadoso con la economía y no irse en excesos; que había que ahorrar. Pero Alfred olvidaba esas cosas con facilidad cuando se encontraba entusiasmado, lo que era practicamente, la mayoría del tiempo.
Se sentó en su sofá a esperar a que el latinoamericano y el asiático se apareciesen por su casa, ya era la hora acordada y Kiku al menos solía ser muy puntual...

Ese día, por misterioso que fuera, Pedro se había levantado temprano. Había tomado el primer avión que se dirigía hacia la capital de su amigo más cercano. Según, recordaba, ese día tenia una cita de diversión desmedida por parte de Alfred, y Kiku.

El amaba mucho las cosas misteriosas, ya que en su casa era común poder escucharlas en narraciones que te contaban los abuelos. Pedro, camino presuroso por el lugar, y con cierta nerviosismo se acomodo un poco la bufanda que llevaba puesta, su gripa aunque contralada, aun se encontraba un poco en sus sistema.

Suspiro.

Toco el timbre un poco nervioso, esperando ansioso poder estar un rato con Alfred.

Escuchó el timbre y se levantó rápidamente a abrir, si sus calculos de puntualidad no fallaban de seguro sería Kiku... Caminó rápidamente tropezándose con una mesa.

"O-Ouch.."

Siguió rápidamente para no mantener a su invitado esperando y cuando abrió, se dio cuenta que sus cálculos habían fallado.Bueno, Aunque el japones fuese puntual, aun vivía más lejos...

"Hola Pedro!" Saludó enérgicamente con su caracteristica sonrisa amplia y abrazó fuertemente al más bajo "Que bueno verte! Pasa, pasa!"

Pedro se quedo estático, al sentirse abrazado por el chico. Sonrió complacido, al saber que su amigo no le odiaba por contagiarle sin querer un poco de su gripa. Le correspondió calurosamente.

—Si, es bueno saber que estas bien… -le dijo como respuesta. Pedro se quito la bufanda que llevaba, y paso relajado se adentro a la casa.

Dejo su pequeña mochila en la mesa de estar, al igual que su bufanda. Pedro se viro extrañado, al encontrar la sala vacía.

—Y, ¿Kiku? No ha llegado… -pregunto, un poco sorprendido-. ¡Le he ganado! –Exclamo alegre-, ¿verdad?

"Un héroe jamás está mal!" exclamó rápidamente, luego procedió a asentir. "Es cierto, yo también me esperaba que Kiku llegase primero, pero tal vez hubo algun retraso en su vuelo o esas cosas... Japón no está tan cerca como México después de todo...Y si has ganado!" observó al más bajo un momento sumido en sus pensamientos sin mirarlo realmente.

"Y bueno! Siéntate o algo mientras llega Kiku. Habrá que esperarlo para empezar con la maratón de cine! Pero por mientras podemos conversar o algo. Quieres algo para beber o comer?"

Suspiro menos preocupado al escuchar su respuesta. Asintió de forma afirmativa al darle la razón sobre lo de Kiku. Pedro le sostuvo la mirada entre penetrante e ida que tenia, a los pocos segundo, desvió su mirada algo contrariado, al sentir sus mejillas arder. Pedro, aun no comprendía como aquel sujeto que conocía desde hace tiempo, le hacia sentirse cohibido. ¿Tal vez era su grande casa en comparación a la suya?, pensó como consuelo.

—Ya lo sé, pero…

Pedro se acerco hacia Alfred, tomo sus mejillas con sus manos, se puso de puntitas, y bajo su rostro, para poder depositar su frente en la frente del rubio.

—No puedo evitar sentirme culpable…

El moreno, le soltó, y con una gran sonrisa en su rostro, y voz alegre, exclamo:

— ¡Quiero una hamburguesa con mucho tomate! ¡Y soda con hielos~!

Sonrió levemente ante la acción del más bajo y besó su frente.

"No te preocupes por tonterías. No fue tu culpa, son cosas que pasan y no se pueden controlar..." se apartó ante el pedido y se dirigió a su cocina a buscar Hielos de la nevera. "Okay~ Enseguida!" Volvió tras un momento con un vaso con hielos y le sirvió la soda, procediendo luego a preparar la hamburguesa con extra tomates, aprovechando de preparase una para él también.

"Listo!" Le entregó lo pedido al mexicano.

Pedro se sonrojo levemente al sentir el beso de su acompañante. Acaricio su mejilla con su mano a modo de respuesta por las palabras conciliadoras que le daba. Sonrió, al ver como se diría hacia la cocina, y le gritaba alegremente. Se dejo caer en el sillón, recargo su cabeza en el respaldo de este, suspirando en el proceso.

¿Hace cuanto tiempo que era amigo de Alfred?

Pedro, simplemente no lo recordaba. A pesar de que el tiempo pasara entre ambos, y de las situaciones de sus casas siempre se vieran afectadas de una u otra forma, sin lugar a dudas, cuando Alfred necesitaba su ayuda, el acudía a dársela, o viceversa. Pedro no entienda mucho, del porque a Alfred le gustaba su compañía, el no era tan sofisticado, y rico como Arthur, o no era tan brillante, y callado como Kiku; entonces… ¿Por qué simplemente no le rechazaba?... Era algo que no lograba descifrar.

Al escuchar el “Listo”, Pedro se viro hacia la comida.

—Gracias –le dijo-, ¿Crees que Kiku se tarde mucho? –Pregunto, sosteniendo la hamburguesa en el aire-, hace tiempo que él no va a mi casa… Y, tu tampoco… Es que… No te agrada mucho, ¿verdad? –Informo al tiempo de dejar la hamburguesa en el plato sin haberla mordido-, digo… -rió un poco triste-

"no, no creo que tarde, si tarda mucho lo llamaré para ver si no le pasó algo..."
Procedió a darle un mordisco a su hamburguesa y no pasó demasiado cuando notó el cambio de ánimo en el otro; escuchó sus palabras extrañado y aunque pensó en intentar hablar comiendo como siempre lo hacía, mejor tragó.

"De qué hablas? No es eso..." Lo miró fijamente. "Me gustas mucho, y tu casa también, supongo que solamente ha sido una falta de tiempo... además yo siempre soy el que estoy invitando no?" Aunque a casa de Arthur se autoinvitaba... Bueno, no tenía que pensar en eso ahora. Le sonrió ampliamente a Pedro. "Además aunque no vaya... siempre recuerdo que estás ahi... de algun modo me hace sentir siempre acompañado. "Sonrió nerviosamente, ni el mismo se entendía. "Te preocupas demasiado. Te vas a poner amargado como Arthur." Bromeó dándole un mordisco a su hamburguesa.

Se dejo caer cómodamente en el sofá de nueva cuenta. Mantuvo su vista fija en el televisor apagado. Escucharlo hablar de esa forma le hacia sentir entre alegre y triste, al comprender que siempre que podía el nombre de Arthur salía de su boca. Pedro no podía culparlo, y mucho menos tenía el derecho a exigirle que no lo pronunciase, ya que… él mismo tenía a otra persona aparte de Alfred.

“Alguien que también comparto”, se dijo como consuelo.

Pedro, le miro curioso, al ver como comía la hamburguesa de manera tentadora. Sonrió un poco más calmado al escuchar la palabra gustar. A veces él mismo no comprendía del todo, que era lo que veía de interesante el Alfred. ¿Tal vez eran aquellas extensas llanuras que en alguna ocasión fueron suyas? ¿O, aquel complejo de héroe que le hacia relucir torpemente?

—A veces, me sorprende que seas un potencia mundial –confeso, antes de acercársele de manera gatuna-, Supongo… que es parte de tu encanto, ¿no, Alfred? –le dijo.

Se acerco poco a poco a su rostro, y con su lengua, lamio aquel rastro de captsu que se encontraba en su labio.

—Tú también me gustas… Y, mucho… -le sonrió-. Lo sabes, ¿no es así? –pregunto curioso, aun relamiéndose el rastro de la salsa de tomate.

"Por qué te sorprende? Junto con mis jefes hemos llevado bastante bien el país... es natural que sea una potencia..." dijo con una sonrisa. No comprendía del todo a que se refería con el encanto, pero supuso que tenía que ver algo con su heroísmo.

Se sorprendió un poco ante el repentino contacto físico, no estaba muy atento a ese tipo de cosas cuando comía y no atinó a reaccionar por un momento solo dejando de comer y mirando al otro en su actitud sensual. Casi no oyó su pregunta, y solo respondió cuando salió de su corto trance.

"Claro que lo sé... pero nunca está de más oirlo..."Sonrió y dejó la hamburguesa de lado un momento -cosa que le suponía un GRAN esfuerzo- y se acercó rápidamente para tomar al más bajo por el mentón y depositarle un rápido y superficial beso en la comisura de los labios, separándose un momento después con una sonrisa maliciosa.

Se acomodo un poco en el sillón, antes de mirarle a Alfred directamente.

—Solo lo comento… Se lo bueno que eres, junto con tus jefes –respondió.

Pedro se quito poco a poco su chaqueta que llevaba puesta, por alguna extraña razón la calefacción de la casa de americano le hacia sentirse un poco… caliente.

—Bueno, pues… a mi no me molesta decirte que me gusta, será… que no soy como tu adorado Arthur, ¿no? –respondió entre curioso y coqueto.

Sonrió ante el hecho de sentir su beso, se acerco a él pasando sus brazos por su cuello, mientras sutilmente se sentaban encima de sus piernas. Le miro de nuevo, un poco desafiante, y deseoso…

—Alfred… -le llamo-, ¿Quieres explorarme? –Pregunto, cerca de su oído de forma sugerente.

Y fue entonces que Pedro le beso. De forma lenta, y suave al principio, jugueteando con la punta de su lengua, tratando de forma una amistosa danza entre ambos. El moreno, se adentro un poco más el la cavidad americana, queriendo poder de alguna forma invadirle, haciéndole sentir el deseo que en ese momento sentía por él.

—Alfred… -dejo escapar de nueva cuenta.

Observó a su acompañante quitarse la chaqueta, ¿Tal vez había puesto la calefacción demasiado alta? Pero es que detestaba el frío...

La pregunta le tomó algo por sorpresa, aunque mas bien parecía una frase retórica... Pero Alfred no distinguía entre la una y la otra y contestó de todos modos, avergonzándose un poco y apartando la mirada.

"No adoro a Arthur... y por supuesto que no eres como él; Arthur solo piensa que soy una molestia." Decidió no indagar mas en el tema al sentir el cuerpo del castaño más cerca del suyo, practicamente sobre él. Sonrió abrazando al más pequeño por la cintura dandoles estabilidad. La mirada del mexicano transmitía un profundo deseo y su cuerpo era tán cálido... una calidez que se transmitía al suyo propio con cada toque.

Quiso haber respondido a la sensual e implicante frase, pero sus palabras fueron cortadas por aquel beso al que correspondió inmediatamente, modificando levemente el ángulo de encuentro para mayor comodidad y dejando que Pedro invadiese su boca un momento antes de contraatacar buscando dominar el beso; unos momentos después se separaron levemente.

"Pedro..." contestó, besando su mandíbula levemente para hablar contra ella. "Por supuesto que quiero explorarte...si así me lo permites..." curvó una sonrisa sobre su mandíbula. "aunque no acepto un no como respuesta..."

Se estremeció al sentir el dominio del rubio en su boca. Alfred podría a veces sorprenderle en ocasiones, y esa era una de ellas. Su inexplicable sabor a hamburguesa se coló por sus papilas gustativas. Haciéndole, inconscientemente querer un poco más de aquella cavidad que le enloquecía. Dejo que el americano le controlara como el deseaba, no importándole mucho que fuera el dominado. Algunas veces Pedro llegaba a pensar… que todo aquel sentimiento desmedido de sumisión se debía al pasado que ambos tenían en común. Tomo un poco de aire, cuando por fin se sintió libre. Pedro, sonrió al sentir las manos del chico sobre su cintura, siguió abrazado a él, esperando que su corazón dejara de latir de manera apresurada.

Con un solo beso; con una sola caricia, y Alfred le alteraba ya la razón, ¿Qué demonios tenia el americano?, pensó por unos segundos.

Al sentir el aliento cerca de su mandíbula, se quedo callado, escuchando las palabras que le decía… Sonrió complacido

—Oh, -respondió, fingiendo sorpresa-, Entonces… Si me niego… ¿Qué me harás, Al-fre-d? –Continúo hablando al tiempo de juguetear sobre su mecho con uno de sus dedos-. Oyes, ¿Cuánto tiempo tenemos? Digo, no quiero que Kiku nos degollé –le dijo de forma graciosa.

Pedro se empezó a quitar la camisa que llevaba puesta, sin mucho pudor, o muchas palabras. Deseaba hacer que el cuerpo de Alfred transpirara aquel aroma a jabón americano que siempre desprendía cuando ambos intimaban, y que le enloquecía en sobre manera. El mexicano no pudo más que mirarlo de nueva cuenta… se acerco de nuevo a su rostro tomándolo con sus manos. Y con voz suave, le susurro en el oído:

—Te he echado de menos… Señor héroe…

Una de las cosas que odiaba eran los condenados aeropuertos atestados de gente, retrasos de vuelos, todo mal.
Ni siquiera sabía con seguridad cuanto se había demorado en salir del tumulto y movilizarse tan rápido como permitiesen sus piernas rumbo a la casa del americano.

Algo que recordaría seguramente siempre es que cada vez que viajaba al hogar de Alfred, le ocurría algo que podía hacerle llegar tarde.
"...Kuso, debería tomar las medidas necesarias respecto al aeropuerto de Alfred-san." Se dijo a si mismo mientras tocaba el timbre y...

Nada.
Kiku arqueó una ceja extrañado y tocó un par de veces más sin respuesta, no se había equivocado de casa, había venido antes, pero no le sorprendía que para variar Alfred no le contestase. Seguramente estaría viendo alguna película a todo volumen o jugando algún videojuego.

"No me sorprendería que la puerta no tuviese seguro."
Giró la perilla y en efecto supuso a que estaba abierta, ya regañaría al rubio por ello. Incómodamente camino con calzado por el pasillo silencioso. Se ajustó un poco su abrigo pensando en quitárselo por el calor de la casa hasta que llegó a la susodicha sala y la sorpresa le atacó considerablemente...

¿Alguién podía explicarle que rayos hacían Alfred y Pedro tan encimados y en actitudes indecorosas justo ahí?.
Kiku se sonrojó y giró la cabeza hacía un lado, evitando mirar aquello. Maldijo severamente el hecho de haber venido desarmado.

"¡Sumimasen!... N-no era mi intención interrumpir. Lamento h-haber llegado t-tarde..." Masculló mecánicamente.

Se encontraba perdido en las sensaciones delirante que le hacia sentir el americano. Besándolo, gozándolo, disfrutándolo, olvidando por completo que en cualquier momento el timbre podía sonar…

Pedro se abrazo a Alfred con cierta fuerza, sin dejar de besarlo, repagándose de forma mimosa, y deseosa, tratando que con esas caricias lograra despertar el lívido del chico que se encontraba sujeto a su cintura.

Escucho un ruido en la entrada, pero, él no le dio mucha importancia… No, hasta el momento que vio al japonés parado, viéndoles sorprendidos… Pedro, pensó por unos instantes en separarse y pedir disculpas, pero, por otro lado… Lo que hizo, a él mismo le sorprendió…

Miro a Kiku directamente, aun besado a Alfred. Ellos dos se encontraban de espaladas hacia la entrada de la sala… Cuando le escucho hablar, simplemente se recostó en el hombro de Alfred, sonriéndole de manera juguetona al japonés…

—Bienvenido, Kiku –soltó con coquetería… Sin soltar a Alfred de la posición tan cariñosa en la que se encontraban.

"ah..." Se avergonzó un poco de la situación en que el japonés los había encontrado, más que nada por como se había perdido tanto en el momento que no había oido el timbre" Hola Kiku! Siento haberte hecho esperar en la puerta, no oí el timbre humm.... pero por suerte la puerta estaba abierta haha, solo hacíamos tiempo mientras te esperábamos para ver las películas!" Dijo como si fuese lo más normal del mundo pasar el tiempo de ese modo. Es que a Alfred se le hacía una acción tan natural el contacto con su vecino...

A diferencia de la actitud seductora que había mantenido Pedro, Alfred tenia una totalmente despreocupada.

El japonés toció un par de veces, aun lo suficientemente avergonzado por la escena.
Sinceramente se sentía como un imprudente y de paso ya ni sabría como mirar de buena forma a sus amigos, su mano se apoyó en el borde del umbral a la sala evitando mirar hacía el sillón.

"C-creo que, puede ser en otra ocasión. De verdad lamento haber interrumpido lo suyo, p-puedo devolverme a Japón en el próximo vuelo, no creo que salga tan tarde." Contestó aún traumado.

Se quedo en las piernas de Alfred, cómodamente, mientras escuchaba como es que le decía que le disculpase. Se rasco la mejilla de forma inocente, y al mismo tiempo coqueta, al ver que el americano no se alejaba de su posición, y mucho menos se avergonzaba ante el hecho de que los hubiese encontrando besando, y además de todo… al él sin camisa.

Pedro, se levanto del su lugar, caminado con alegría hacia el japonés. Le miro con cierta preocupación ante la interrupción.

—Oh, no te preocupes Kiku, no has hecho nada malo… -se acerco a él, abrazándolo de forma amable-, ven, siéntate –le dijo al tiempo de arrastrarlo junto a Alfred.

Pedro se volvió a sentar encima de las piernas del americano de forma infantil, se viro para mirar a Kiku a los ojos.

—Tú, -le señalo-, no quieres fortalecer nuestros lazos de unión –dejo escapar, antes de acariciarle la mejilla de forma cariñosa-

Miró a Pedro ser cariñoso con el japonés un momento pensando en que decir, pero como no pudo llegar a ninguna conclusión clara mejor apartó un poco a Pedro de sobre sus piernas para levantarse y acercarse al DVD. Kiku había venido a ver películas dammit!
Eligió una cuya portada le parecia especialmente espectral y la puso. Pero antes de darle play miró a Kiku recordando que no le había ofrecido nada.

"Kiku! Quieres algo de beber o comer? Trajiste tu propia comida o algo?" Ofreció amablemente. Alfred podía cambiar de estado anímico bastante rápido; de la anterior lujuria a la normalidad entusiasta otra vez como lo había hecho ahora.

Fue algo mecánico, bastante colapsado se dejo abrazar y conducir al sofa para sentarse en el costado opuesto del Americano.
No se lo explicaba, definitivamente no le entraba en la cabeza. ¿Por qué rayos los Occidentales eran tan extraños?.

Sacudió ligeramente la cabeza , soltando un suspiro, intentando pensar en que nada de lo que había visto era verdad y solo estaba siendo testigo de una buena broma.
Observó como Alfred se acercaba al dvd y regresaba a su lugar ofreciéndole que comer.

"N-no gracias, así esta bien, no tengo hambre." Se excusó el japonés haciendo ademán con las manos entregándole a alfred una bolsa. "Creo que la otra vez Alfred-san tenía ganas de comer obento. Traje esos, pueden compartirlos." Sí, podía ser capaz de tranquilizarse si dejaba su mente en blanco e intentaba disfrutar su estadía en el occidente.

Pedro sonrió ante la reacción de Alfred. “Mas idiota no podía ser”, se dijo… Sintió como era acomodado en el sofá, mientras ponía el DVD… Desvió su atención hacia las películas que se encontraban en la mesa.

— ¡Quiero ver la más terrorífica~! –Exclamo aun medio desnudo. Callándose cuando el rubio le pregunto al japonés si le apetecía comer.

Miro a Kiku que le veía con cara de circunstancias, probablemente pensado en lo liberal que era en esa parte del mundo. Le sonrió tranquilamente…

—Has traído betou… -repitió-, ¿¡Has traidor amen!? ¿¡Ramen!? –Pregunto alterado por la emoción de poder esos fideos. Se abalanzo a restregar su mejilla con la del oriental-, Di que si, que si lo has traído~ -dijo, con mucha alegría-

"Entonces le pondré play, gracias por traer la comida en cajita Kiku, cuando termine mi hamburguesa la comeré!" Total, Alfred no tenía fondo. Apagó la luz como en el cine. Le dio play a la película y tomó su hamburguesa antes de ubicarse en medio de sus dos invitados cortando su interaccion distraídamente.

"S-Si estoy entre ustedes me dará menos miedo creo..." dijo inseguro.
La película comenzó y la atmósfera de terror ya empezaba a asustar al americano, solo faltaba que apareciese la música de suspenso y el primer fantasma para que este saltase y se pegase como lapa a alguno de los dos mas bajos. Por el momento, solo terminó su hamburguesa viendo la película con tranquilidad.

"Dudo que haya algo de que temer. Es una película." El japonés dijo en tono bajo mientras apoyaba un poco más el adolorido cuello por el viaje de avión en el respaldo del sofá.

Esperaba a que fuese una película de buena selección y si es que era una adaptación a su cine de terror japonés, pues que fuese algo que valiese la pena y que, por supuesto asustase.

Como solía hacerlo con las películas, siempre le había costado que le llamasen la atención el cine americano. Por eso no mucho le sorprendía que mientras la película mostraba sus escenas "terroríficas" el japonés seguía quieto donde mismo, pero esta vez con algo de apetito suficiente como para abrir una caja de bentou y sostener un poco de arroz entre los palillos.

"¿Esto se supone que es terror americano verdad?" Soltó

—Pues si… es terror americano… -respondió-

Pedro se quedo callado mirando las escenas que se mostraban en el televisor. Estornudo un poco…
—Creo… creo que la gripa todavía no me deja… ¿No está mi camisa por ese lado? –Pregunto a Kiku-.

El chico paso enfrente de ambos, en silencio… Buscando en la oscuridad su prenda de vestir, volvió a estornuda… se rasco la cabeza un poco preocupado…

—… Debo tomar mis pastillas… Alfred, voy a la cocina –dijo de pronto.
Dejando a los dos chicos solos, mirando la tele…