Pedro López Lun Abr 27, 2009 9:24 pm
Pedro sonrió más aliviado al escuchar la respuesta de Antonio; sin embargo escuchar a Manuel responder de esa forma, le hicieron sentirse un poco mal, y odiado.
—Yo… -dijo nerviosamente-
Al sentir el agarre de Antonio, no pudo evitar sonrojarse un poco. Él mayor le estaba jalando hacia donde se encontraba un enojado Manuel.
—No digas esas cosas… ¿Por qué no tu también te vienes unos días? –Pregunto un poco emocionado-, podríamos ir a comer paella, ¿Verdad, Antonio?
Pedro callo. Esperanzado que Manuel aceptara la invitación. Él sabía perfectamente el carácter arisco que llegaba a tener, sobre todo… si Antonio se encontraba cerca de él, y nuevamente maldijo al idiota de Alfred por dejarlo solo.
El moreno sonrió amablemente, antes de tomar la mano de Manuel con fuerza.
—Tú nunca vas a sobrar, sabes que eres muy preciado… -le jalo un poco una de sus mejillas-, pienso que puedes patear a Antonio, para que dejes salir todo ese coraje… -rio un poco ante su ocurrencia-, bueno… ¡Es broma! Tengo sed, en verdad, ¿Aquí no hay refrescos? –sonrió, nervioso al ver como Arthur les mirada evaluativamente, y se sorprendió al ver como sonreía ladinamente al enfocar su vista en Antonio.
Pedro no puedo evitar mirarle, y sonreírle de forma un poco mucho más nerviosa que de costumbre. Pedro no sabía cómo era el ingles en realidad, porque, según recordaba nunca había tenido mucha oportunidad de convivir con él. Algunas veces, sabia de ese chico, por la boca de Alfred, pero, en definitiva, de todas las personas que estaban en ese lugar. Arthur le ponía un poco incomodo, y sobre todo nervioso. ¿¡Por qué!? Pedro no lograba entender aun.