Habían leído su mente. Pero no lo molestaba, al contrario, se sentía feliz.
-Gracias- dijo claramente. – Creo que Japón podría ser mi segundo hogar después de todo-
Tomo al cachorrito entre sus manos para acariciarlo – También gracias a ti – sonrió sinceramente, desde hace mucho que estaba acostumbrado a sonreír cínicamente. Pero con Kiku, todo eso cambiaba.
-Gracias- dijo claramente. – Creo que Japón podría ser mi segundo hogar después de todo-
Tomo al cachorrito entre sus manos para acariciarlo – También gracias a ti – sonrió sinceramente, desde hace mucho que estaba acostumbrado a sonreír cínicamente. Pero con Kiku, todo eso cambiaba.